martes, 25 de septiembre de 2012

De principios y finales

Me gusta este pintor porque me transmite, inocencia, tristeza, resignación , alegría todo al mismo tiempo. Sobre todo me llegan mucho sus pinturas de ancianos.

 No es un pintor comprometido, al menos no como se entiende cunado nos referimos a una obra de un artista, pero sabe dar un toque de emoción que va más allá de lo que se ve a primera vista.

 Siendo joven , hablando de la pintura comento; "Uno tiene que dar forma a un ideal en la imaginación, y entonces uno tiene que hacer ese acceso ideal a las personas".


El pintor Albert Anker nació en Anet (Ins en alemán), una comuna suiza en el canton de Berna, situada en el distrito de Erlach. Era el doceavo hijo de un veterinario. Sus primeros estudios de dibujo los realizó en 1845 en casa de Louis Walhinger, pero en ese momento apenas se distinguió de los demás alumnos. 
En 1851 empieza sus estudios de teología en la Universidad de Berna y de Halle (Alemania). A finales de 1853 pide permiso a su padre para interrumpir el curso y ponerse a pintar, quien le autoriza, en inmediatamente marcha a París, ciudad que le había entusiasmado a raíz de un viaje que hizo en 1851. Fue alumno del pintor suizo Charles Gleyre, que como muchos otros artistas helvéticos de habla francesa se había instalado en la capital francesa.
 
Entre 1853 y 1860 frecuenta la Escuela Imperial de Bellas Artes, donde había estudiado Pierre Auguste Renoir. Anker iba a pertenecer a esa gran cantidad de artistas suizos que estaban trabajando en Europa, forjando una carrera lejos de su país.

 En 1861, como todos los pintores de su época, se siente atraido por Italia. En 1864 se casa con Anna Ruefli, de Langnau, con la que tuvo seis hijos. La pareja pasa el invierno en París y el verano en Anet. Fue por esa época cuando empezó a labrarse una fama de pintor de retratos de niños. Pintó a sus hijos Louise, Marie, Maurice, Cécile, Rudi en varios de sus cuadros
Hacia 1870 diversificó su vida social, siendo diputado del Gran Consejo del canton de Berna. Trabajó para las revistas Le Magasin Pittoresque y La Revue Suisse des Beaux-Arts. En 1878, organizó la sección suiza de la Exposición Universal de París, tras la cual fue nombrado Caballero de la Legión de Honor.

 En 1890 renuncia a su domicilio parisino para vivir únicamente en Anet: deseaba vivir en un ambiente tranquilo, pues la vida en la ciudad ya no le aportaba lo que buscaba, que no era otra casa que la paz absoluta de su ciudad natal. En 1900, la Universidad de Berna le concedió el título de Doctor Honoris Causa.
La mayoría de cuadros de Anker, aunque suizos en esencia, no estarían fuera de lugar con los de los artistas de la escuela de Barbizon en Francia o el arte victoriano de Inglaterra. 
Es tal vez el artista que mejor supo pintar el principio y el fin de la existencia humana. Anker no se detuvo en la edad adulta, sino que supo retratar con precisión la inocencia en la mirada del niño y la serenidad, la aceptación del anciano y el paso del tiempo. 
 Sus pinturas representan a sus conciudadanos de una manera normal, sin pretensiones y sin vida en el campo idealización, pero también sin el examen crítico de las condiciones sociales que se pueden encontrar en las obras de contemporáneos como Daumier , Courbet o Millet
 A pesar de Anker hizo pintar escenas ocasionales con un significado social, como las visitas de los usureros o charlatanes a la aldea, su positiva e idealista visión del mundo cristiano no incluyó una inclinación a emitir cualquier tipo de desafío abierto
 Anker tenía un interés especial en la educación, en su papel de un político que expuso sus preocupaciones en el Consejo de Berna, también. Él tenía un amor especial por los niños y los jóvenes. Y, después de estudiar teología y la valoración de la pedagógica de Rousseau, Pestalozzi y Fröbel, también trabajó como escritor. "Ningún otro pintor suizo en Suiza ha tratado tan intensamente con el tema de los niños en el juego y estudio, 
 Sus retratos y naturalezas muertas son lo que consolidó su legado perdurable
 Aunque él tenía una visión cristiana del mundo, no, , impone su ideología en sus pinturas. También creó más de 30 naturalezas muertas, que son considerados los mejores en su obra y numerosas acuarelas y dibujos, la mayoría de los cuales habían sido encargados por otros. Asimismo, con el fin de ganar unos pocos dólares extra, creó más de 500 placas de loza para el productor, Deck Theodore. 

 
Albert Anker se considera a los pintores suizos más importantes del siglo XIX. Durante su vida, sus pinturas eran muy populares entre el público porque se consideraban  accesibles. Algunas de sus obras más notables han sido conmemorada en sellos de correos de Suiza y en otros medios. El Albert Anker Fundación fue creada en su memoria 
 Un derrame cerebral en 1901 redujo su capacidad de trabajo. Sólo después de su muerte, en 1910 hubo una primera exposición dedicada a él, que tuvo lugar en el Musée d'art et d'histoire de Neuchâtel


20 comentarios:

  1. Me gusta. No lo conocía y ha sido un gran descubrimiento.
    Gracias, majísima.
    Un beso.

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  2. hermosas pinturas que retratan lo cotidiano de una época
    como pequeñas historias a través del pincel y paleta


    abrazooooo

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    1. Tu lo has dicho, son como pequeñas reseñas de lo cotidiano

      Besos

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  3. Maravillosas pinturas.
    Las veo llenas de ternura.
    Seguro que le gustaba tanto pintar niños, porque venía de una familia numerosa.
    Petons, Montserrat

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    1. Seguro que si, además, creo que veia la inocencia en ellos y en los ancianos

      Petons

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  4. Qué maravilla Teresa de pintor, me he quedado con la parte del texto en la que dice que supo pintar el principio y el fin de la existencia humana.
    Amiga, sigo aprenciendo con estas visitas a tu espacio, siempre me voy con una sensación de gratitud.
    Un abrazo inmenso

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    1. A mi me impresionó de él, en primer lugar el ver a los ancianos, era como si tuvieran vida...

      Besos

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  5. Me trasmiten mucha tranquilidad,paciencia y la paz que él buscaba.Me parecen unas grandes obras las de este artista.

    Un fuerte abrazo Teresa!

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    1. Creo que era un hombre con un grado elevado de altruismo, aunque no se implicó demasiado, tampoco se aprovecho de su estatus

      Besos

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  6. En verdad precioso.
    Creo que me cogeré alguno por si se me ocurre alguna historia.
    Un abrazo

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  7. Pues sí que me gustan estas obras. Yo diría que trasmite serenidad o aceptación.

    Besos

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    1. Acxeptación, resignación, no queda muy claro, de cualquier modo se nota serenidad

      Besos

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  8. Uff una maravilla! Es como la belleza de lo cotidiano, sin adornarla por supuesto.
    Hermoso blog, sí, si que se goza con la mirada.
    Un saludo :)

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