sábado, 8 de septiembre de 2012

Sicilia...



Letizia Battaglia. La fotografía como lucha.

A sus 75 años, la fotoperiodista Letizia Battaglia no ha perdido ni un ápice de energía. Sus afiladas palabras guardan cierto paralelismo con las crudas imágenes en blanco y negro con las que enseñó al mundo, en los años de plomo de los 70 y 80, lo que las oscurantistas autoridades italianas se negaban a admitir: que la mafia estaba desangrando Sicilia. Letizia habla, sueña, fuma, grita y se lamenta hoy con la misma pasión que cuando aún creía en la utopía

Vicente Chilet

Asi es, una mujer que entró en la fotografía de rebote, se quedo enganchada a ella para enseñar al mundo las atrocidades de la Mafía...denuncia a los políticos que giran la cara tanto en los crímenes como a la hora de dar trabajo para que la misería no lleve a la gente a seguir con los mafiosos...lucho por ello pero actualmente a perdido la esperanza del cambio...Dice: La mafia ya no mata pero sigue ahí manejando los hilos..

Teresa



 Giovanni Falcone al funerale del Generale Carlo Alberto Della Chiesa

El amor y el poder. Estos son los sentimientos que Letizia Battaglia tiene para su tierra. Palermo, la ciudad donde nació, de la que huyó, pero en varias ocasiones en lo que se devuelve siempre.

 En los años pasados, la mayor parte de la cúpula eclesiástica no ha luchado contra la mafia. También en las ciudades, e incluso en los pueblos, muchos sacerdotes recibían dinero y tenían relación con los mafiosos. Este pueblo no ha tenido ninguna educación, somos un pueblo ignorante. Ignorante y, ahora también, corrupto.







 Es, además feminista, defensora de los derechos humanos, ecologista, editora y ha participado en política. Todo ello para alcanzar su obsesión: la libertad. El bien más preciado para ella y para Sicilia. «He vivido la opresión, por eso estoy loca por la libertad, que procuro dar a todos los que me rodean: a los hombres con los que compartí mi vida, a mis hijas… La libertad es un derecho fundamental», asegura.


Su profesión llegó tarde, después de divorciarse de su primer marido, con quien se casó siendo una adolescente y tuvo tres hijas. Gracias al psicoanálisis y a su pasión por contar historias, Letizia encauzó su vida. Empezó a colaborar en un diario de Palermo y pronto se dio cuenta de que sus artículos se vendían mucho mejor si los acompañaban de imágenes.

A los treinta y siete años, la fotografía tomó las riendas de sus existencia, aunque ella nunca pudo imaginar que también ella se convertiría en un arma poderosa para combatir la Mafia: «Mi intención era narrar mi día a día de Palermo, pero los acontecimientos eran tan fuertes, tan brutales, que de pronto me di cuenta de que mis imágenes podían dar la voz a la gente, podían explicar el mundo que aquí sufríamos.» De hecho, dos de sus fotos («creo que las más feas que jamás he hecho») han sido utilizadas en el juicio contra el expresidente italiano Gulio Andreotti. Letizia está convencida de la involucración de este político con la Mafia.


Las imágenes de Battaglia son similares a su autora: contundentes, sinceras, desgarradas, y poéticas a la vez, especialmente, cuando el sujeto retratado es un niño. Recopiladas recientemente en un libro de la editorial Aperture, parecen venir de otros tiempos. Demuestran, como asegura Battaglia, el retaso que vive su tierra: «Es mi denuncia. La Mafia, los asesinatos y la corrupción todavía existen en Palermo.
Para Battaglia, la clave para liberarse de los prepotentes, como llama a los mafiosos, es el empleo: «Hay que dar trabajo a la gente que es prisionera de la Mafia.» Ésta es la solución para que las mujeres de Sicilia puedan salir de machismo ancestral de su tierra: «Ya han cambiado mucho en lo que respecta a su libertad sexual y a su apariencia, pero todavía falta adquirir la libertad económica.»
La libertad es algo extraordinario e inconmensurable. Nadie puede obligarte a vivir de un modo que tú no quieras. Nadie. Yo siempre me he visto como una criatura libre, siempre he sentido que tengo derecho a la libertad.Vivo a través de mi cámara fotográfica. Es un trozo de mi corazón, una extensión de mi intuición y mi sensibilidad.

Nacida en 1935 en la capital siciliana en el seno de una familia acomodada, vivió en varias ciudades italianas como Trieste o Nápoles ya que su padre era militar de la Marina.
Letizia regresó a su ciudad natal con 10 años tras acabar la Segunda Guerra Mundial.A los quince años se casó y pronto tuvo tres hijas. Sin embargo, Letizia se sentía atada en aquella vida.


Cuando le ofrecieron la posibilidad de regresar a Palermo como jefa de fotografía en L’Ora no se lo pensó dos veces. En su ciudad se dedicó a denunciar las injusticias a través de la fotografía. Sus imágenes no se limitaban a ilustrar momentos de vida individual, hablaban de un mundo de relaciones violentas y a menudo injustas. Llegó a cubrir cuatro o cinco homicidios en un solo día produciendo, entre las décadas de los setenta y los noventa, algunas de las imágenes que han identificado a Sicilia y a la mafia en todo el mundo.


Niño jugando a matar...Palermo 1982.
Junto a estos reportajes sobre la mafia, también retrató la vida cotidiana de Palermo. Las numerosas fotografías de procesiones religiosas transmiten el sentido trágico de la vida de Sicilia, donde la muerte siempre está presente. El día de difuntos en la isla tiene la misma importancia que Navidad en otros países de Europa.
En 1985 entró en política, estuvo al frente del gobierno local de Palermo, una experiencia política conocida como “la primavera palermitana”. Letizia ejerció de asesora de habitabilidad urbana con el objetivo de recuperar barrios totalmente degradados (en Palermo, por ejemplo el agua corriente llegaba a las casas en días alternos). Letizia también formó parte de la candidatura de Orlando en 1993. La Rete obtuvo entonces el 75% de los sufragios


Dejó el consejo comunal en 1997 para encargarse de un programa de ayuda a los presos.
Es, además, fundadora de la editorial “Edizioni della Battaglia” y colabora con diversos medios como “Mezzocielo”, una revista pensada y realizada por mujeres.
En todos estos ámbitos, Letizia Battaglia ha demostrado que es una luchadora nata por la justicia.
En 2009 ganó el premio Cornell Capa.
Battaglia, la mujer que se ha cansado de repetir que odia sus fotos, jamás dejó, sin embargo, de retratar tanto a muertos como a vivos. Niñas escuálidas y niños que juegan con pistolas con el rostro oculto por una media, tomando nota de lo que han visto desde el día en que nacieron; mujeres que gimen ante un cadáver, lamentablemente no siempre el mismo; ancianos desdentados; amas de casa maltratadas entre paredes desconchadas llorando sobre una mesa recubierta de hule; fantasmas vagando entre los escombros de la sociedad. Palermo hediondo, hogueras de pobreza y aromas dulzones a jazmín, sangre y fritanga.



Rosaria Schifani, viuda de Vito Schifani, el guardaespaldas asesinado con el juez Falcone en 1992.La tensión llegó a su momento más alto cuando Rosaria, la joven viuda de 23 años del agente Vito Scifani, una de las víctimas del terrible atentado, se dirigió, vestida de negro, a las autoridades italianas para pedirles que se arrodillaran. «Os perdono, pero arrodillaos», clamó desde la dignidad que confiere el luto. Sobre su marido, apenas pudo balbucear unas palabras acerca de lo guapo que era y las buenas piernas que tenía. La iglesia, abarrotada, permaneció en silencio. Muda, sobrecogida, tras escuchar repetidamente que no había amor, sólo mafiosos dentro del Estado.

22 comentarios:

  1. Impresionantes las fotos e impresionante tu entrada
    Besos. Te sigo

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  2. Me ha impresionado tanto tanto esta entrada que te la pido "prestada", como la de Juanjo para mañana. Debo estar sintiendo una necesidad imperiosa de reclamar mi espacio libertario, llevo cerca de un año trabajándolo. La fuerza de las imágenes y la convicción de esta mujer me parece que ha colmado la vasija, .... bueno tiempo al tiempo, que habré de comprobarlo más adelante. Bsss.

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    1. Ya sabes que puedes coger lo que quieras.

      Tu dejate fluir mi niña

      Un abrazo

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    2. PLUVI, no si ya si fluir fluyo ufff , ni te cuento, jajjjj, pero lo cierto es que de cuando en cuando necesito que aparezcan nuevos meandros en el río de mi acontecer y como no los marque uno mismo, res de res. Mil gracias. Ya me lo estoy copiando.

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    3. JAJAJAJ, ya se que fluyes ya, pero era una forma de hablar...

      Besos

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  3. Había dejado un comentario y se ha esfumado...
    Estas fotos han plasmado una parte real de la vida, dramática y sufriente. Ademas el negro aumenta la sensación de fuerza que tienen los instantes captados.No es precisamente un gozar con la mirada, pero tecnicamente son bonitas.
    Mi saludo.
    Anna J.R.

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    1. Hola Anna, no no es placer en este caso, es más bien una llamada a que hagan algo

      Besos

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  4. Ay Teresa ,te he puesto el comentario en la entrada de abajo.
    Más menos te he puesto que Leticia es una escritora y fotógrafa muy valiente al denunciar estos horrores.
    Las fotografías son muy buenas, pero me han puesto los pelos de punta.
    Petons, Montserrat

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  5. Es una pena que haya que hacer fotografias de esta parte negativa de la vida, pero como todo, alguien lo tiene que hacer. En este caso Letizia es muy valiente denunciando lo que pasa con sus fotos.
    Me gustó la historia.
    Un besote

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    1. Si, alguién tiene que llamar la atención para ver si lo paran

      Besos

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  6. Su inquietud,compromiso y valentía personal trasladada a la fotografía.Una gran profesional sin duda.Una muestra muy impactante Teresa.

    Abrazos y saludos afectuosos!

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    1. Una mujer de las que vale la pena hablar, valiente y con actitdes

      Un abrazo

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  7. Cómo me ha impactado toda esta entrada.El trabajo de esta mujer y su vida es impresionante.
    Un beso grande

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  8. Mujeres como Letizia, comprometidas por la libertad, son un valuerte antes las denuncias de las intolerancias.

    un abrazo

    fus

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  9. Mis respetos para la fotógrafa... Hay mucha historia en cada fotografía, dolor se le atribuye.
    Mi abrazo fuerte y afectuoso Plu.

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    1. es una mujer valiente, como pocas y mas de su generación

      Un abrazo

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