Pasado imperfecto...

Lo que me atrajo de esta fotografa es precisamente lo que comentan de ella, esa ambiguedad, esa distancia...su puesta en escena...me transmite misterio, tristeza, frialdad y recogimiento, todo junto...

Deborah Turbeville puede no ser del agrado de todos. Los aprensivos pueden encontrar su trabajo ofensivo, visible, inquietante, descarado y, sin embargo, sus impresionantes imágenes   son casi imposibles de ignorar

"Yo digo que sí al estilo," dijo, "si el estado de ánimo, sí a la ambigüedad."
Devorah Turbeville

Deborah Tuberville (EEUU, 1938) nació y creció en Nueva Inglaterra pero a los diecinueve años se trasladó a Nueva York donde comenzó su andadura como editora de moda en Harper’s Bazaar para terminar siendo una de las fotógrafas más originales y enigmáticas.  Tiene un sentido de la composición muy particular lo que hace que sus fotografías sean inconfundibles.

 Se unió a Harpers Bazaar en 1963, trabajando con su editor de moda, Marvin Israel, y su equipo de fotógrafos que incluye Diane Arbus, Richard Avedon y Hiro.

  Fue sólo después de seminarios con Richard Avedon y Marvin Israel que saltó al mundo de la fotografía que abarcaba todo lo que sabía de la moda, la gente y el poder transformador de la luz. Las viñetas muestran claramente que la luz y la intensidad son el alma de su trabajo

 Cuando ojeamos sus editoriales de moda, que publica de forma regular en Vogue, L’Uomo Vogue, Zoom y W, podemos observar como las modelos, las prendas y el atrezzo están situados en un aparente azar, es como si no interactuasen entre si, lo que da lugar a unas oníricas atmósferas cargadas de dramatismo, misterio y ambigüedad.

Sus imágenes son como acertijos,  dañadas conscientemente, son borrosas, granuladas, atormentadas  rayadas...,   "Yo destruyo la imagen después de que lo he hecho", dijo Turbeville, "La idea de la desintegración es realmente el núcleo de mi trabajo."Turbeville comenzó a explorar los misterios de su fotografía en el extranjero, sobre todo viviendo en París en la década de 1970. Se encontró trabajando en "patios vacíos y abandonados, en situaciones extrañas e irreales", y rápidamente decidió que era donde debía estar

.Cuando tuvo que fotografiar Vrsalles, Turbeville comenzó investigando el palacio de "amantes y amantes desechados ', y luego fotografió no sólo las cámaras del palacio y sus vistas, sino también sus trasteros y desvanes.

Sin embargo, ella  también es una fotógrafa por encargo,  Ha trabajado para la revista Vogue americana y sus homólogos británico, francés, italiano y ruso. Ha hecho anuncios para Ungaro, editorial ensayos fotográficos para el bazar de Harper y los retratos de Julia Roberts para el New York Times Magazine.

  La   visión de Turbeville es poco ortodoxa, a la vez que atormentada e inquietante. Ella crea los efectos con la ayuda de las actrices y modelos favoritas, en gran parte desconocidas, que actúan como un elenco de repertorio.

Mediante la adición de grano y polvo de sus fotos originales en blanco y negro, logró una especie de efecto de "segunda mano", y mucho antes de que la tendencia del "shabby chic" fuera descubierta Sus fotos se caracterizan por un tipo de ambigüedad entre el pasado, presente y futuro, además de una dosis de poesía.

  "Me encanta la fotografía en las obras de construcción antigua, alrededor de las cosas que están en ruinas, y en   ciudades de Europa del Este como Cracovia y Budapest. ""Tengo un instinto para encontrar la ubicación impar, la cara, la atmósfera misteriosa, el ambiente opresivo. . .

  Turbeville divide su tiempo entre Nueva York y México, y recientemente ha estado pasando mucho tiempo en San Petersburgo, Rusia. En 2002 recibió una beca Fullbright para una serie de conferencias en Fotografía en la Escuela del Báltico de la fotografía. El próximo año se va a enseñar en el Instituto Smolney, también en San Petersburgo, en nombre de Bard College.

Ellas interpretan como si su especie estuviera en peligro de extinción, anacronismos, fuera de sincronía con su tiempo y contexto, jugando mutaciones en un taller de maniquíes, las estatuas en una escuela de arte de París, y autómatas en una fábrica abandonada.  "Tal vez lo más interesante de mis fotografías", dice ella, "es que son un poco   enigmáticas, porque son difíciles de colocar". "No tengo absolutamente ninguna relación con mis modelos. Nunca lo hice. Trato de mantener mi distancia.  no hablo con ellos. Me limito al lugar al que pertenecen y luego indico cómo deben permanecer

     Y eso ayuda a crear una sensación característica de los sueños fragmentados, de la dislocación, la alucinación y el tiempo sin límites-el pasado imperfecto. Pasado Imperfecto es el corazón de la obra de Turbeville, la topografía de su obra narrativa revolucionaria de 1974 a 1998

En 1989 el estilo distinguido y evocador de Deborah ganó el Premio a la Trayectoria Fashion Group. En 1998 recibió un premio Alfred Eisenstadt para la fotografía de la revista, y en 2002 se le concedió una beca Fulbright para sus conferencias en la Escuela de Fotografía del Báltico en San Petersburgo.

Devorah Turbeville