sábado, 22 de septiembre de 2012

Barcelona ( una visión)

Cuando Pomés retrata se convierte en una animal de presa dispuesto a saltar sobre su víctima: observa, se acerca, se aleja, reflexiona... hasta que por fin captura la mirada de la persona.

 Eduardo Mendoza

Viendo estas fotos me viene a la cabeza Luz Casal y su canción "Recuerdos", asi que aqui la dejo




 Pomés es un fotógrafo de extremos: o lo conoces y adoras o simplemente lo ignoras. Destacado artista multidisciplinar, pertenece a la generación de fotógrafos formados bajo el tutelaje del franquismo. Un tutelaje que apenas si dejaba ver más allá de nuestras fronteras y por supuesto no permitía que inspiraciones foráneas insufl
aran nuevos aires a una sociedad oprimida por la bota dictatorial.

Eduardo Parra



 Mantengo la mirada joven y fresca y sigue dándome placer. No dejo de mirar y gozar al rodearme de cosas bellas, que no quiere decir caras. Nací en Barcelona: me sorprende y la descubro (…) Ya no me interesa la anécdota en una foto o en otra obra de arte, sino la intensidad que se hace duración al verla. Eso que logra que el arte se termine pero no se acabe.

 Leopoldo Pomés


 “Odiaba Barcelona pera a la vez estaba enamorado de ella. Me gustaba lo que veía y lo detestaba. Lo que más me interesaba era lo que se vivía a diario en la ciudad, los tipos, la gente. Tal como yo lo veía, el balance era bastante siniestro.” Así hablaba Leopoldo Pomés de la Barcelona de los años 50.
  Una Barcelona deprimida que el genial fotógrafo quiso explorar para mostrar mucho más que la ciudad de escaparate que se conocía.


 Así, sumergiéndose en las barriadas de la Barceloneta, Verdum o los Encantes, en aquel entonces los límites de la ciudad, Pomés retrató la verdadera esencia de la ciudad condal.
Fascinado por la actividad de la calle, y especialmente por las mujeres que paseabanlanzó una mirada incisiva a la sociedad oficial y se centró a su vez en la ciudad oculta

 Todo era deprimente en aquella época”. Desde el centro rabalero, de piropos y vendedores ambulantes al Ensanche burgués de etiqueta y postín, pasando por la poética de lo humilde de barriadas como la Barcelonesa, Verdum o el Paralelo. Nada ni nadie escaparon al objetivo analítico de Pomés. Pero, si hubo un espacio que le sedujo, Las Ramblas, por lo que, sin apenas darse cuenta, convirtió su reportaje en un relato de aquella gran vía 

 Su formación autodidacta no ha impedido a Leopoldo Pomés convertirse en uno de los fotógrafos y publicistas más destacados del último medio siglo en nuestro país. 
Tras su primera muestra individual, celebrada en las Galerías Layetanas de Barcelona en 1955, consolidó una producción fotográfica alejada de efectismos y sentimentalismos que no huía de las penurias personales y sociales y que causó gran impresión en la escena artística catalana del momento.  
 Alabado por los integrantes de Dau al Set (a quienes retrató en su primera época), su participación en la revista AFAL, junto a otros fotógrafos de vanguardia, le valió el reconocimiento internacional. En 1961 fundó, junto a Karin Leiz, el Studio Pomés, con el que se dio a conocer como fotógrafo de publicidad, y posteriormente fue director creativo en la agencia Tiempo.
 Autor de popularísimas campañas (Freixenet, bodegas Terry),  instantáneas de temática taurina que realizó por encargo para un libro de Hemingway que no pudo ver la luz por la muerte del escritor. 
Liberado, ya en los noventa, de sus compromisos publicitarios, Pomés volvió a una fotografía de calle, más libre, próxima a la fotografía y centrada en el valor expresivo del color.

Ha sido galardonado con la Medalla de Oro al Mérito Artístico del Ayuntamiento de Barcelona, con el Premio Nacional de Artes Plásticas de la Generalidad de Cataluña en 1998 y con la Cruz de Sant Jordi en 1999, pero a sus 81 años mantiene su pasión artística: 

Por su objetivo han pasado artistas como Joan Brossa, Chillida, Antonio Saura, Antoni Tàpies, Picasso, Julio Cortázar y otros mediáticos como el cantante Alejandro Sanz o la modelo Laura Ponte. 
 Pomés trabajó durante un año recorriéndose la ciudad del centro a la periferia y viceversa. Sin un plan preconcebido, solo pensando en abarcarla. Cuando volvió a la editorial desparramó las fotos sobre una gran mesa. A Barral le gustaron, pero no a los gerentes; consideraron que no se vendería porque era “lúgubre y gris” y “no tenía jardines”, así fue descartado su trabajo,nos cuenta desde Barcelona José María Marti Font  en El País.Pomés formó parte de la denominada década de la fotografía catalana, entre Català-Roca y Miserachs.
 Dice Pomés de sí mismo que está obsesionado con el instante, y que sufre cuando es consciente de que el presente se convierte irremediablemente en pasado y que aquello que existía ya no lo hace. Por eso, asegura, nunca lleva la cámara encima premeditadamente.
Aunque es ampliamente reconocido por su faceta como publicista, su trabajo con la figura femenina es merecedor de no pocos elogios. El fotógrafo catalán fabrica esculturas de luz a base de sombras y da volumen a las curvas con una sencillez magistral. 
Dice el fotógrafo:  
La maldad puede ser también excitante, puede seducirte. Recuerdo un retrato que cayó en mis manos de los años 60, de Richard Avedon sobre el gobernador Wallace, un personaje siniestro, purísimo, con muy mala leche, con actuaciones de ultra. El retrato era impresionante, porque la belleza era muy extraña, porque veías una animal política con muy mala leche y esto es lo que a veces buscas, sacar al personaje su yo, o si quieres su yo más yo.




Capela en la Algaba 1957

 El blanco y negro por lo general me puede. Creo que lo que me atrae más es lo que tengo delante y me reclama. En las cámaras digitales la foto sale en color. Yo la trasformó, casi siempre, a blanco y negro y me sube todo.


18 comentarios:

  1. bellisimas y nostálgicas postales
    sin duda en B/N la realidad cobra un sentido poético especial


    feliz fin de semana
    abrazos florales Teresa desde este Chile primaveral


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    1. Barcelona es una ciudad preciosa, aunque en aquella epoca la vida transcurria de otro modo

      Besos

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  2. Qué extraña se les hace (pienso) a esos hombres, esa mujer allí sola, mirando al mar.

    Me gustan en especial La de la niña con la mochila y el anciano que la precede, esta última o la de la mujer de la falda de "tubo". Otras me ensombrecen...

    Besos

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  3. Conozco bastante su obra, de esta serie, la de la mujer mirando al mar es la que más me gusta, y la de la niña con la cartera y los niños en la capela.

    Un fotógrafo irregular, pero un cronista de su época al que hay que mirar.

    Me quedo por aquí, poniéndome al día y gozando con la mirada.

    Un beso,

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    1. Me gustan las antiguas a mi, las de los a;os 50, sobre todo la que tu dices y la nena peque;a

      Petons

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  4. cotidianidades, vistas algunas desde un ojo más "poético"

    creo que sabes cuál es mi preferida :)

    besos

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    1. Si, creo saberlo.

      A mi me gusta, l amujer que mira el mar y la ni;a con la cartera...

      Besos

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  5. Historias cotidianas en blanco y negro de aquella gris Barcelona.Me gusta sobre todo la de la mujer mirando al mar y la de los niños.

    Abrazos y saludos afectuosos!

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  6. Otro maravilloso artista Teresa. Vida, retratos de la vida sin más, sin buscarle vueltas a lo que es...
    Un abrazo grande

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    1. Es sencillo y realista pero con un toque po'etico que es lo que me agarra de 'el

      Besos

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  7. ¡Vaya, por fin! A Pomés sí que lo conocía, pero ahora me lo has traído del baúl de los recuerdos.
    Besos, Pluvisca

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  8. Otro buen fotografo que nos remonta con su arte a otros tiempos no se si más felices o mejores, pero si diferentes totalmente a los que tenemos hoy en dia.
    un besote

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  9. ¡Qué sabor tan grande desprenden estan imágenes!

    Saludos

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